Por: Damian Radclife
La inteligencia artificial está reconfigurando múltiples industrias, entre ellas la del periodismo. En la semana del Día Mundial de la Libertad de Prensa, vale la pena considerar de qué modo esta tecnología puede afectar a la libertad de los medios de comunicación. El panorama es complejo. Por un lado, la IA —y en particular la IA generativa— pueden ser poderosas herramientas de apoyo a las redacciones, pero también pueden volverse contra ellas.
A nivel global, el estado de la libertad de prensa se describió como «difícil» en la última Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF), la primera vez que se ha utilizado esta etiqueta para clasificar el estado general de la libertad de los medios en todo el mundo.
Imagen de Reporteros Sin Fronteras.
En este contexto, la ONU ha señalado que la IA conlleva nuevos riesgos. Puede utilizarse para difundir información falsa o engañosa, observa, y “aumentar la incitación al odio en línea y apoyar nuevos tipos de censura”.
Al mismo tiempo, la inteligencia artificial puede emplearse para filtrar los puntos de vista a los que una audiencia está expuesta, así como para monitorear a periodistas y ciudadanos. La ONU también ha expresado preocupación por el riesgo de que la IA lleve a una homogeneización del contenido informativo, haciendo que los medios se parezcan cada vez más entre sí.
Superar estos desafíos es fundamental para redacciones y periodistas, especialmente en momentos en que la libertad de prensa se ve cada vez más amenazada. En ese proceso, la inteligencia artificial también puede utilizarse como herramienta para contrarrestar esos mismos desafíos. A continuación, un recorrido por los dos lados de esa dinámica.
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Cuatro amenazas de la IA a la libertad de prensa
(1) Vigilancia y persecución
Las tecnologías de IA se utilizan cada vez más para vigilar e intimidar a los periodistas. Como destacó el Journal of Democracy, «bots y algoritmos impulsados por IA bombardean a activistas, periodistas y figuras de la oposición con acoso, trolling e información falsa».
Los gobiernos y otros actores despliegan sistemas de reconocimiento facial, análisis predictivo y demás herramientas de vigilancia impulsadas con IA para rastrear los movimientos de los reporteros, vigilar actividades en línea y suprimir la disidencia y la información crítica.
Estas tácticas no son nuevas. Ya en 2021, se sabía que al menos 180 periodistas de todo el mundo habían sido sido identificados como objetivos de Pegasus, una forma de software espía. Pero cada nueva ola de inteligencia artificial permite que esta agresión contra el periodismo se intensifique.
El aumento de la vigilancia con IA afecta tanto a los periodistas como a sus fuentes. Esto puede tener un efecto amedrentador en la información sobre temas de corrupción, derechos humanos y delincuencia organizada, que deberían poder investigarse sin temer represalias.
(2) Deepfakes y desinformación
La difusión de información falsa a través de deepfakes generados por IA es otro ámbito en el que se ha expresado preocupación desde hace algún tiempo. Y esta preocupación aumenta a medida que ha mejorado la tecnología que permite manipular o fabricar videos, imágenes y audio.
Aunque algunos de los primeros deepfakes virales fueron rápidamente desmentidos, demostraron cómo puede utilizarse la IA para difundir desinformación. La velocidad con la que esta tecnología evoluciona —incorporando memes, audios falsos, respaldos de famosos generados por IA y mucho más— hace que sea cada vez más difícil, tanto para los periodistas como para sus audiencias, distinguir entre la realidad y la ficción.
Para el periodismo, el desafío de chequear estas falsificaciones es cada vez mayor. Difundir información falsa, aunque sea inadvertidamente, puede minar la confianza en la profesión. Además, los periodistas también pueden ser víctimas ellos mismos de deepfakes y suplantaciones de identidad, por lo que la necesidad de resguardar su identidad y reputación es más importante que nunca.
(3) Censura automatizada
Los regímenes autoritarios están recurriendo cada vez más a herramientas de moderación impulsadas por inteligencia artificial para silenciar voces en el entorno digital. Los algoritmos pueden detectar y eliminar rápidamente contenido políticamente sensible. El “Gran Cortafuegos” de China es el ejemplo más emblemático, pero otros países también están adoptando prácticas similares.
Freedom House advierte que la IA permite que este tipo de acciones se lleven a cabo “a una velocidad y escala que serían imposibles para censores humanos o métodos técnicos menos sofisticados”. Además, pueden ejecutarse de forma difícil de detectar, “lo que minimiza la crítica pública y reduce el costo político para quienes detentan el poder”.
Esto puede debilitar tanto el periodismo independiente como el debate público, dificultando cada vez más la difusión de contenido que los gobiernos no quieren ver online.
(4) Presiones económicas y pérdida de empleo
Más allá de las acciones directas contra periodistas y redacciones, la IA amenaza indirectamente la libertad de los medios al remodelar la economía de la industria periodística. Las redacciones, sobre todo las que ya se encuentran bajo presiones financieras, utilizan cada vez más herramientas de IA para automatizar o acelerar tareas como la generación, edición y distribución de contenidos. Al mismo tiempo, las crecientes capacidades de la IA pueden llevar a la pérdida de puestos de trabajo y el debilitamiento del periodismo original.
Algunas audiencias parecen ser conscientes de esta amenaza. De acuerdo con una encuesta realizada en 2024 por el Pew Research Center, el 59% de los estadounidenses afirma que la IA reducirá el número de puestos de trabajo para los periodistas en las próximas dos décadas, con opiniones encontradas sobre lo que esto significa para el tipo de noticias que se producen y a las que la gente puede acceder.
Si la IA acelera el abandono del periodismo original en favor de la producción masiva de contenidos, la consecuencia a largo plazo no será solo la reducción de los puestos de trabajo en las redacciones, sino también la disminución del espacio público, dos cuestiones que deberían preocuparnos a todos.
Cómo la IA puede ayudar a proteger y promover la libertad de prensa
No todo es pesimismo; la inteligencia artificial también tiene un enorme potencial como herramienta para fortalecer el periodismo y defender la libertad de prensa.
Identificar y combatir desinformación
Si bien los periodistas deben ser cautelosos a la hora de confiar demasiado en las herramientas de IA, la tecnología puede ayudar a detectar falsificaciones y desinformación, así como a mejorar el fact-checking en general.
En la actualidad, estas herramientas pueden no ser tan eficaces para las lenguas menos habladas, pero eso puede cambiar con la evolución de la tecnología. Además, a medida que la IA siga influyendo en la formación, creación y difusión de la desinformación, será cada vez más necesario incorporarla a las herramientas del periodismo para poder contrarrestarla de forma efectiva.
Productos como AI Safety Suite, de NewsGuard, «con la ayuda de procesos propios de aprendizaje automático, identifican afirmaciones falsas que se propagan en línea en tiempo real, en todo el mundo». Podemos esperar que este tipo de servicios de IA se integren cada vez más en los flujos de trabajo de las redacciones. Como dijo la periodista india Karen Rebelo a Nieman Lab el año pasado, dada la creciente complejidad de nuestros ecosistemas informativos, «ya no puedes confiar únicamente en tus habilidades humanas como fact-checker».
Publiciación original: IA y libertad de prensa: un arma de doble filo | Red internacional de periodistas
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